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Entrenar a bajas pulsaciones: El método Maffetone

En qué consiste entrenar a bajas pulsaciones

El método Maffetone es una estrategia de entrenamiento que se centra en correr a bajas pulsaciones. Esta técnica se basa en mantener el ritmo cardíaco en un nivel bajo para mejorar la resistencia y la eficiencia en la carrera. Phil Maffetone implementó un enfoque único junto a Mark Allen, un renombrado triatleta pionero en pruebas de larga distancia, quien alcanzó la impresionante marca de 9 medallas en Hawái entre 1983 y 1995, incluyendo 6 de oro.

Al entrenar a bajas pulsaciones, se promueve la quema de grasa como fuente de energía y se reduce el riesgo de lesiones. Es un enfoque gradual que permite al corredor desarrollar una base sólida antes de aumentar la intensidad del entrenamiento. Con el método Maffetone, los corredores pueden mejorar su rendimiento y disfrutar de una carrera más saludable.

entrenar a bajas pulsaciones
Imagen de Freepik

Este método se basa en mantener un ritmo cardíaco específico, conocido como la «Máxima Aeróbica Funcional» (MAF), que es calculado restando la edad del individuo a 180.

Beneficios de entrenar a bajas pulsaciones

Los beneficios clave del Método Maffetone para corredores incluyen:

  1. Mejora de la resistencia aeróbica: Al trabajar dentro del rango de la MAF, se promueve el desarrollo del sistema aeróbico, mejorando la capacidad del cuerpo para utilizar eficientemente el oxígeno durante el ejercicio.
  2. Reducción del riesgo de lesiones: Al mantener un ritmo cardíaco más bajo y controlado, se disminuye la tensión en músculos, articulaciones y tendones, lo que puede ayudar a prevenir lesiones comunes asociadas con el entrenamiento intenso.
  3. Quema de grasas como combustible: Al entrenar en la zona aeróbica, el cuerpo tiende a utilizar más grasa como fuente de energía en lugar de glucógeno, lo que puede ser beneficioso para la resistencia a largo plazo.
  4. Mayor recuperación: Al evitar el sobreentrenamiento y mantener un enfoque en el entrenamiento aeróbico, se favorece la recuperación del cuerpo, permitiendo una adaptación más completa y reduciendo el riesgo de agotamiento.

Recuerda: El primer paso consiste en calcular tu frecuencia cardíaca máxima aeróbica (MAF) restando tu edad a 180. A partir de ahí, se establecerán diferentes zonas de entrenamiento en función de tu frecuencia cardíaca MAF.

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